"El año pasado, pasé 322 días viajando, lo que significa que tuve que pasar 43 miserables días en mi casa."

Up in the air, 2009

miércoles, octubre 20, 2010

Estoy frente al mar, aunque dicen que hay marea roja, aunque yo solo lo noto por los ojos irritados y un ardor de garganta distinto al habitual. Recibí la noticia de tu muerte apenas hace una hora y prevalece un sentimiento ajeno, como de llorar a marchas forzadas. Me provoca un poco de risa verme llorando, pero a partir de esa llamada se han ido acumulando pensamientos en la cabeza que no han querido salir y que comienzan a enredarse para que no los desaloje. Todo da vueltas en este mareo de alquitrán que te pone frente a mí tan vivo, haciendo planes, comprando ropa. Y vienen recuerdos anticipados, reacciones secundarias: qué vamos a hacer con tus cosas, cómo se van a acomodar los domingos que siguen,los cumpleaños. Y todo el mar es gris y no me parece tan grande. Debo regresar para buscar en tus cajones...La idea de regresar es la que no encaja en esta escena, ¿quédebo decir?, ¿cuáles son las palabras adecuadas? No me parece justo hundirme en esta tristeza meridional, pero no puedo hacer nada de momento. El tiempo lo alivia todo, me dirán. Más bien lo oculta, lo traslada a otro lugar. A un lugar que se deja de transitar pero que no desaparece, una calle que se evita pero que sigue llena de gente, gente gris, callada, tibia como la muerte.

No hay comentarios.: