"El año pasado, pasé 322 días viajando, lo que significa que tuve que pasar 43 miserables días en mi casa."

Up in the air, 2009

jueves, junio 14, 2012

La única alternativa que nos cabe a estas alturas es la de perdernos cada uno por su lado, sin andar soñando con que vamos a juntar nuestros respectivos perdederos , por mucha noticia que nos demos de ellos. Tu vida, aunque sólo la atisbo a través de una rendija, está claro que lleva un ritmo distinto de la mía. Y es que hemos crecido. Crecer es empezar a separarse de los demás , claro, reconocer esa distancia y aceptarla. El entusiasmo de aquellos encuentros juveniles con personas que despertaban nuestro interés  se basaba en que dábamos por supuesta una permeabilidad continua entre nuestra vida y la de ellos, entre nuestros problemas y los de ellos, parecía posible la anexión. Es cierto que aún se dan momentos en que surge esa ilusión de permeabilidad, pero son momentos extraordinarios y fugaces, a los que no se puede pedir continuidad,vigencia permanente.  Yo estaba segura de que las gentes que me querían nunca se iban a desentender de mí, que mi vida era indispensable para la suya. Pero, en el fondo, lo que quería es que no me dejaran nunca de necesitar. Pues no.  Luego ves que no, y además es mejor que nadie te necesite mucho.

Carmen Martín Gaite. Nubosidad variable.