"El año pasado, pasé 322 días viajando, lo que significa que tuve que pasar 43 miserables días en mi casa."

Up in the air, 2009

domingo, enero 24, 2010



Al menos debemos afanarnos por fracasar, porque el fracaso y solo el fracaso, queda como única vivencia realizable, y por eso me esfuerzo por fracasar, ya que tengo que esforzarme y tengo que hacerlo por cuanto vivo y escribo, y ambas cosas suponen esfuerzo, la vida es un esfuerzo más bien ciego y la escritura, un esfuerzo más bien vidente que se distingue por tanto de la vida, claro, y que tal vez se esfuerza por ver aquello por lo que se esfuerza la vida y, como no puede hacer otra cosa, repite la vida de la vida, copia la vida como si ella, la escritura fuese vida, y no lo es, no lo es de una manera fundamental, incomparable, de una manera, incluso, que no tiene parangón, del tal modo que, cuando nos ponemos a escribir, a escribir sobre la vida, el fracaso está de entrada garantizado.


Imre Kertész. Kaddish por el hijo no nacido.

martes, enero 05, 2010




El genio personal que hay en todo niño se esconde por el placer del acto mismo de ocultarse, del mismo modo que el autor de una verdadera obra literaria escribe esa obra por el puro placer de escribirla y todo lo demás -el reconocimiento, las medallas, las aclamaciones del público, etcétera- le parece inmensamente superficial, accesorio y encima contrario a sus propios intereses y a los de la libertad de su duende personal.

El verdadero triunfo, la verdadera y sublime gloria solitaria estribarían pues en no ser descubierto en el escondite, no ser reconocido. "¡La gloria nocturna de ser grande no siendo nada!", que decía Pessoa.


Enrique Vila-Matas. Exploradores del abismo