"El año pasado, pasé 322 días viajando, lo que significa que tuve que pasar 43 miserables días en mi casa."

Up in the air, 2009

sábado, abril 24, 2010



Muchas veces me imagino que hay un montón de críos jugando a algo en un campo de centeno y todo eso. Son miles de críos y no hay nadie cerca, quiero decir que no hay nadie mayor, sólo yo. Estoy de pie, al borde de un precipicio de locos. Y lo que tengo que hacer es agarrar a todo el que se acerque al precipicio, quiero decir que si van corriendo sin mirar adónde van, yo tengo que salir de donde esté y agarrarlos. Eso es lo que haría todo el tiempo. Sería el guardián entre el centeno y todo eso. Sé que es una locura, pero es lo único que de verdad me gustaría hacer. Sé que es una locura.


J.D. Salinger. El guardián entre el centeno


miércoles, abril 21, 2010

A veces llega
cuando la espera
comienza ser extraña
un rumor de sombra
o de polvo
en el hueco
del estómago
ante su falta
Es tiempo de recuentos
por más cruel que ello sea
ya se mojan las púpilas
sin motivo
y a falta de cataratas
el mar estancado
encanta
se quiere paz
ante tanta falta
de delirio
se camina
se encuentra sentido
así de lánguido
como suena

Me resisto a que se aclaren mis dudas

domingo, abril 11, 2010



Sin duda estaba escrito que yo había de ser tentado y vencido. Hay mártires con quienes el diablo se divierte robándoles la palma, y desgraciadamente, yo he sido uno de esos toda la vida. Pasé por el mundo como un santo caído de su altar y descalabrado. Por fortuna, algunas veces pude hallar manos blancas y piadosas que vendasen mi corazón herido. Hoy, al contemplar las viejas cicatrices y recordar cómo fui vencido, casi me consuelo. En una Historia de España, donde leía siendo niño, aprendí que lo mismo da triunfar que hacer gloriosa la derrota.


Ramón del Valle Inclán. Sonata de Estío.