"El año pasado, pasé 322 días viajando, lo que significa que tuve que pasar 43 miserables días en mi casa."

Up in the air, 2009

sábado, marzo 06, 2010


¡Qué extraña y variada obra de la Providencia es la vida de un hombre! ¡Y qué secretos y contradictorios impulsos mueven nuestros afectos, según las diferentes circunstancias! Hoy amamos lo que mañana odiamos. Hoy buscamos lo que mañana evitamos; hoy deseamos lo que mañana nos dará miedo; más aún, lo que mañana nos hará temblar de horror. Yo era un ejemplo manifiesto y viviente de esta verdad en este momento, pues yo, un hombre cuya mayor aflicción era haber sido borrado de toda sociedad humana, solo, rodeado por el ilimitado océano, separado de la humanidad y condenado a una vida silenciosa; yo, que era un hombre a quien el cielo había considerado indigno de vivir entre los hombres o de figurar entre las criaturas del Señor, un hombre a quien el solo hecho de ver a uno de su especie le hubiese parecido renacer, pasar de la muerte a la vida, como la mayor bendición que el cielo podía acordarme, después del don supremo de la salvación eterna; digo que, ahora, podía temblar de miedo ante la visión de un ser humano, y estaba dispuesto a meterme bajo la tierra sólo a causa de una sombra o de la inteligible presencia de un hombre que había dejado las huellas de sus pies en esta isla.

Daniel Defoe. Robinson Crusoe.