Disco
multi referencial, lo que sea que signifique porque en el quedan claros ecos,
entre otros, de psicodelia, thash core, sludge, death metal y del más lisérgico sonido
progresivo de los setentas, con una técnica narrativa madura que hace evidente
que no se trata de una banda que inicie en esto sino de cuatro músicos ya en el
camino de la búsqueda a partir de la retrospectiva. Porque parece claro que la
actitud es más que revolucionaria, rebelde, de búsqueda a partir de música
muchas veces escuchada y ritmos una y otra vez repetidos, que junto con otras
referencias culturales obvias (el
surrealismo, la estética Noir) forman en su conjunto un disco que quizá debiera
ser presentado en forma de acetato, luciendo en gran formato, además de su
propia concepción, su portada impecable. No incomoda la ausencia de voz,
considerando el poco talento letrístico y vocal de tantas bandas del género. En
ese sentido, la ausencia de voces remite a
las bandas de post rock concentran
en lo musical toda su propuesta.
El
disco se mueve desde el doom hasta el grind,
pasando por el drone, el noise, el
sludge, resabios de psicodelia y thrash core, progresivo setentero, lo-fi, sin llegar
a ser revival, sin el oportunismo de lo retro, tan masticado en estos días.
Incluso suenan arpegios en medio de las
construcciones metálicas, una introducción barroca para Pi (el Canon de
Pachebel) y un collage que quisiera
pensar más cercano a Revolution 9 de The Beatles que a un
naifuesto ideológico. De la misma manera, encontramos sonidos que traen
a la memoria tanto a Atomic Rooster y Blue
Cher como Discharge, Amebix y The
Melvins, así de amplio es su registro.
Propuesta
que sin llegar a ser fusión sí resume puntos altos de los géneros del metal
menos socorridos por las bandas mexicanas, Paranoi-D, el primer disco de
Neckless, pareciera un catálogos de influencias presentadas por una alineación
musicalmente madura, lo que nos deja muchas expectativas para verlos en vivo y
en futuros trabajos.