Visitar al cada vez más devaluado Tianguis del Chopo de pronto resulta fructífero. A pesar de la invasión lagunillera y la visita de miles de personas que van sólo a hacer acto de presencia a este reducto cada vez menos alternativo, cada vez más anacrónico y desgastado; se pueden conseguir discos a precios ridículos, sobre todo con la gente que conoce y disfruta lo que vende y no la gran parte de los que se han apoderado de la zona de intercambio y que no hacen otra cosa que tratar de comprar lo más barato posible para vender lo más caro que se pueda. La mayoría de las veces muy poca recompensa, salvo excepciones cada vez menos excepcionales, es decir, joyas que consigues en ebay fácilmente o en tiendas en línea especializadas. Por lo pronto, la de ayer fue una de esas tardes que valen la pena: la primera edición de la caja de cuatro discos de James Brown, el disco viajadísimo de Mad Season, pre grunge, bluesero, medio drone, y además el stoner siempre efectivo de Fu Manchú que suena a carreteras, a polvo, a bares de desierto y botas gastadas. Y todo por cuatrocientos pesos.