"El año pasado, pasé 322 días viajando, lo que significa que tuve que pasar 43 miserables días en mi casa."

Up in the air, 2009

martes, agosto 19, 2014




Lectura nueva, más adulta, de este Benedetti tan leído como poeta, tan citado. Me quedo con La muerte y otras cosas, Geografías y el cuento magnífico Pacto de sangre. Demasiadas historias del exilio, demasiada picana, interrogatorio, literatura limpia, sin adornos, personajes vacíos para ser adaptados por cualquiera, pocos de ellos marginales; cuentos de ciudad, de gente gris de café y tostadas; relatos de gente razonable, hundida en sus recuerdos, personas que dejan que la vida pase sin sentido después de haber perdido todo, encapuchados, violados, con los testículos y los riñones reventados a golpes. Y reencuentros, borrosos, de amor lastimero y sanador, de cuerpos cicatrizados que se exploran fantasmales.

Y esa vez, además del lógico sacudimiento, sentí también un poco de recelo, un amago casi indiscernible de desconcierto, la sospecha de haberme quedado no sólo lejos de su vida, como siempre había estado, sino fuera de su mundo y fuera también de su belleza; fuera de sus noticias, de su vida cotidiana, de sus ideas, y fuera también de este entusiasmo atronador en que estábamos envueltos, porque no lo habíamos alcanzado juntos sino cada uno por su lado, coleccionando destrozos y solidaridades. Sin embargo, de una cosa no me cabía duda: era la única mujer que realmente me había importado y aún me importaba...


1 comentario:

Anónimo dijo...

Estamos aqui, y seguiremos