Inventas olas
en el agua anegada de las calles
faros en las torres de telefonía
estrellas
en las luces amarillas
de los callejones
Inventas ladridos
en las azoteas
y abrazos tibios
en las tardes de sequía
qué remedio
inventas cuerpos
para tus manos vacías
Así construyes
tu propia fábula
y eres mejor
y no te hundes
y el enfermo respira
súbito
camina
en un bosque sano
hasta el momento
que inventaste
regrese
y las mentiras
se iluminen
de verdades
1 comentario:
Planeador, ¿radicas en la ciudad de México? ¿Tendrás libros a la venta?
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