En un mar sin tiburones
acordonado
llegaron tus ojos
a mirarte
qué mejor columna
señalan tus dedos
que dibujan
la mansión uterina
que dejaste
Y así
natural anfibio
llegaste
camaroncito
de calamidad
morada sin tu morada
buceando en el aire
que impregna
tu piel de mazapán
Recoge tu cordón
abre los ojos
te cuento
qué paso
en el mundo sin tu ángel
enséñame
Nativa
a caminar
1 comentario:
Esos son los mejores maestros, Planeador.
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