Quién puede decir ahora
tengo un lirio y nada duele
ni siquiera estas espuelas
o el espejo recortado
fui caballo antes de ser dromedario
naufragué pacífico
y descubrí en el fondo
la luz de una perla hueca
del sargazo
Que revienten lo globos oculares
y la luz me encienda
paquetes de instantáneas
el beso lagañoso
el poeta con mandolina
Que la luz nos deje ciegos
y entrelazados como dedos
o lirios
Nazca la luz pues
resucite
y que cada movimiento
sea evidente
en el resplandor vergonzoso
de las pupilas dilatadas
y los iris
1 comentario:
A veces duele, la luz... pero solo a veces. También se pude cerrar los ojos, un rato.
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