La sombra de la tarde avanza
como las luces siniestras de un sueño
atorado en la garganta
Sospecho que nadie estará a salvo
después de este cementerio de dudas
de películas disfrazadas
de mentiras tibias
Ninguno
sin embargo
permanece
y eso alivia
ni el dolor
ni la alegría
se quedan
vivamos pues desnudos
frente a los relámpagos
que se asoman
entre las rendijas
1 comentario:
Sigue fuerte tu lenguaje, vive.
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