"El año pasado, pasé 322 días viajando, lo que significa que tuve que pasar 43 miserables días en mi casa."

Up in the air, 2009

martes, diciembre 08, 2009




No hace mucho tiempo, leí en una revista especializada que algunos científicosde indiscutible fama han intentado establecer el lugar en el que se halla el punto central y más íntimo del conocimiento, al que han llamado "alma". La han situado en cierta parte del cerebro. No estoy de acuerdo con ellos: el alma reside en la sangre. No en toda la sangre, naturalmente, sino en un solo glóbulo que está mezclado con miles de millones de otros glóbulos y, por lo tanto, nunca será posible dar con él, con ese pequeño glóbulo que contiene el alma, ni siquiera con el más perfecto de los ordenadores, con el que se acerque a Dios.


Para encontrar realmente ese minúsculo glóbulo que viaja entre millones de glóbulos en mi sangre, donde se encuentra mi alma, debería atravesar de verdad esta ventana y tener el valor de que esa pequeña gota de sangre quedara impresa como una pincelada de un pintor en la acera de ahí abajo. Allí es donde sería de verdad, y donde tú podrías de verdad leerme. Pero ¿sabes por el contrario a quien correspondería leerme? A la policía científica, que, con sus instrumentos, acudiría a descifrar mi grupo sanguíneo. Por eso, en lugar de todo ello, te dejo unas cuantas palabras, y hay que contentarse, porque todo lo demás son palabras, palabras, palabras...


Antonio Tabucchi. Se está haciendo cada vez más tarde.

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