Quité ya los jardines
no quedaba demasiado piso
dejé naufragar todos los centavos
que alcancé tan poco
cuando nada fraguaba
y estaba a un paso...
renuncié entonces a la verde
marea engañosa
de esa agua que fingía
ser río
y no pasaba de ser nube enferma
arrodillada
y así
incluso ahora
me queda la sensación
de no tener suelo
aunque a ratos
me hunde
el letargo
de todo lo concreto
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