Tal como se le veía en los espejos, mi imagen siempre andaba en brazos de mi alma. Yo no podía ser sino como soy, curvo y débil , aun en los pensamientos.
Todo en mí es como de un príncipe de cromo pegado en el álbum viejo de un niño muerto hace mucho.
Amarme es apiadarse de mí. Un día, allá por el fin del futuro, alguien escribirá sobre mí un poema, y tal vez sólo entonces empiece yo a reinar en mi reino.
Dios es que existamos y que eso no sea todo.
Fernando Pessoa
1 comentario:
Este pasaje me gusta muchísimo, o no me gusta, pero lo siento muy exacto... Me hace pensar en la pobre imagen que tengo de mi pobre persona. A lo mejor todos esperamos el tiempo y el espacio en el que seremos por fin no curvos y no débiles
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