Inútil esperar la mañana
entre el pefil y la ropa que deje
fuera
lo lamento hasta el hueso
y la leucemia de tiempo
que no deja ningún glóbulo
suelto
es cosa del ir y venir
tratando de olvidar
el segundo diminuto
cuando nació tu sonrisa
lo lamento por los árboles
y sus copas cristalinas
que tu boca inundó
de miniaturas
y de lienzos
Es cosa de limpiar las cerraduras
y buscar las madrigueras
lejos de las cunetas
enredados en los brazos
de una acacia
esperando
lejos del lamento
el canto de los pájaros
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