Nací en la punta de una cuchara
no tengo remedio
duro poco
La gente sospecha que me marcho siempre
entre acróbatas y cazadores mercenarios
me gustan los caballos y los trenes
duro poco me amargo
los días me llenan de piedras el hígado
Las casas me son ajenas
apenas me conocen los perros los gallos
sin embargo en mi armario
un río de vidrio mantiene su cauce
y las estrellas parpadean cada vez
que apareces
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