Al margen observo la llegada de los caracoles
las piedras con el nombre de cada uno de los ahogados
ninguno de mis pies sabe qué hacer en estas circunstancias
frente a los peces dorados y a la espuma
Veo pasar mis dardos el baúl de mis recuerdos
(pensé que se había perdido en la última inundación)
mis gatos esqueletos
el olor a chocolate de las tardes en espera
y yo
al margen
sin aletas dorsales y sin branquias
me quedo
contemplando el faro que pavimenta
el camino de las algas y los barcos
1 comentario:
¿Es el mar lo que ruge, o los demonios?
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