La vida, como bien saben aquellos que son capaces de volver la vista atrás, no tiene una base firme, y vivimos como quien nada solitario en el mar. Debemos estar siempre alertas, sin permitirnos un solo instante de reposo. Y un día un golpe de mar nos lleva a un sitio, y de allí a poco llega otro golpe y vuelve a cambiar nuestro rumbo. Y, sobre todo, nunca podemos pensar "iré adonde quiera ir". No, serán las fuerzas del mar las que regirán nuestros movimientos, nuestra conducta, nuestros logros, y debemos alegrarnos cuando nuestra voluntad consigue corregir el itinerario en algún punto.
Bernardo Atxaga
1 comentario:
Por el contrario, yo me siento feliz cuando viene una ola a cambiarme la perspectiva. Estoy un poco harta de mi voluntad.
Publicar un comentario